La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que tiene un origen neurobiológico y se caracteriza por tener dificultades en el reconocimiento de palabras, en la decodificación lectora y en la escritura, en personas con inteligencia normal.
Tiene un fuerte componente hereditario y no se cura sino que se aprenden estrategias compensatorias que minimizan el impacto sobre el aprendizaje. Por eso el diagnóstico precoz es fundamental. Reconocer los indicadores de riesgo es el primer paso.
Se habla mucho del TDAH, de su prevalencia y diagnóstico en población infantil, sobre todo porque se hace necesario reducir su impacto en el rendimiento escolar y proceder a las pertinentes adaptaciones curriculares, pero ¿y qué pasa después? ¿Qué pasa con estos niños cuando acaban la escolarización obligatoria y pasan a ser adultos?
No olvidemos que el TDAH es un trastorno incluido dentro de los trastornos del neurodesarrollo y que por tanto, tiene una continuidad en la edad adulta.